La adopción del Reglamento Interno de Trabajo por parte de las empresas constituye una herramienta de trabajo que ampara al empleador y a los trabajadores frente a los conflictos que surgen entre unos y otros en el desarrollo de una relación laboral. El resultado de su correcta implementación y ejecución será el reflejo de un adecuado gobierno corporativo, amparado en el cumplimiento de la ley que regula la materia.